miércoles, 17 de abril de 2013

Masiva confesión de terroristas subordinados a la ideología de al-Qaeda



Damasco, SANA
Una reveladora jornada de confesiones de varios cabecillas de grupos terroristas pertenecientes a diferentes brigadas, batallones y consejos militares, y militantes terroristas al servicio y bajo órdenes de estos, hecha publico en la pantalla de la televisión estatal siria en la segunda parte del documental "El Incendio, … el dueto combustible y cosecha", ha expuesto la realidad de estos grupos, sus planes y la ejecución de numerosos atentados terroristas contra las zonas urbanas y las instalaciones públicas y militares, además de los asesinatos de civiles y militares, o su secuestro, tortura y muerte.
Los terroristas dijeron que iniciaron su trabajo luego de haber recibido apoyo del exterior, que les tendió el dinero, las armas y puso a su servicio los medios de comunicación para alistar a numerosos jóvenes valiéndose de diferentes métodos.
Revelaron que muchos jóvenes fueron reclutados a través de la incitación, movilizándolos mediante la religión y consignas del Yihad, prometiéndoles el paraíso, botines y cautivas esclavas, o amenazándoles y presionándoles a ellos y a sus familias aprovechando sus necesidades de trabajo y dinero.
Les seducían prometiéndoles altos cargos y sueldos fabulosos si se tuviera éxito en instaurar el alegado Estado de un califato islámico en Siria.
Los terroristas dijeron en sus confesiones que la gran mayoría de los cabecillas de las brigadas y batallones son adeptos a la ideología de al-Qaeda, asegurando que ese organismo terrorista pretende destruir el Estado laico sirio y establecer un importante califato islámico a cualquier costo.
Asimismo aludieron a las "fatwas" emitidas que "hacen valer todos los métodos" para la consecución de este objetivo en Siria, y convertir ello en una regla o un trampolín para la fundación de un Estado islámico en el mundo. Revelaron que se hacen fatwas para matar a quienes se oponen a su ideología y comportamiento, o a los partidarios del Estado y sus trabajadores.
Algunos terroristas dijeron que fueron amenazados de muerte si desertan su trabajo con los grupos armados o violan las órdenes de los cabecillas de estos grupos, quienes se autoproclamaron como "emires", y en ese caso quienes los contradicen son considerados apóstatas e infieles que merecen ser asesinados.
Algunos de los terroristas confesaron haber realizado múltiples atentados terroristas en todas las zonas en Siria a cambio de grandes sumas de dinero desde el extranjero para cada operación. Entre los atentados mencionaron el bombardeo de las escuelas de los hijos de los mártires en Damasco, donde sembraron artefactos explosivos dentro de las mismas, y el ataque dirigido contra la sede del Estado Mayor y otro contra la comandancia de la policía mediante bombas colocadas dentro de un vehículo.
Los terroristas dijeron haber formado "una brigada de asesinatos" bajo el nombre de "Osama bin Laden", cuyo fin consiste en secuestrar y asesinar a los partidarios del Estado o de sus empleados y sus esposas e hijos luego de recibir una 'fatwa' al respecto.
Entre los asesinatos que incluye su lista, figura la del joven actor Mohammed Rafea, a quien mataron valiéndose de la ayuda de un conocido del actor que trabaja para los terroristas, quien lo condujo con su coche para tenderle una emboscada en la que los terroristas pretendían secuestrarlo, pero al no lograrlo, le dispararon y tiraron su cuerpo sin vida en el barrio de Berzeh en Damasco.
Otros terroristas confesaron su involucración en el secuestro del dignatario religioso jeque Maamoun al-Basha, conocido por su pensamiento moderado y su rechazo al comportamiento de los terroristas.
Contaron los espeluznantes detalles de este secuestro, cómo se lo llevaron cautivo a una zona rural en Damasco-Campo, donde fue torturado, y le cortaron las orejas y la lengua para que sea una lección para aquellos que piensan como él, según confesaron. Otros muchos casos de secuestros de ciudadanos que fueron asesinados luego a punta de navaja y espada fueron otras de las confesiones en el documental.
Varios entrevistados confesaron haber tomado parte en la fabricación de cañones, morteros, artefactos explosivos improvisados y cohetes diversos en talleres especiales, y contaron con la ayuda de expertos en la fabricación de explosivos de países extranjeros, mencionando también a un tal Abu Mohammed perteneciente a Hamas, quien les ofreció durante una reunión con ellos en Turquia cohetes Qassam 1, explicándoles que estos cohetes fueron re fabricados y sometidos a prueba y se les puso el nombre de Araour 1.
Los terroristas dijeron que disparaban los misiles que fabricaban contra áreas que no están bajo su control, sin consideración alguna por los daños y perjuicios que puedan causar a la población civil y sus hogares, ya que confesaron que estaban dispuestos a destruir cualquier ciudad, incluyendo Damasco con el fin de lograr su objetivo de fundar el califato basándose en las fatwas que recibían.
Según sus propias revelaciones, la mayoría de los que se unieron a los grupos armados y cogieron las armas solo tenían como fin el dinero que se les pagaba, mientras más atentados y operaciones que realizasen mayor cantidad de dinero recibían, ya que cada una de las operaciones asignadas tenía un precio diferente.
Entre otras confesiones resaltan las relacionadas a la participación de los medios de comunicación sesgados.
Los terroristas dijeron que enviaban a los medios de comunicación que cooperan con ellos noticias exageradas o inventadas, promocionando muchas mentiras como la elaboración de documentos falsificados atribuidos al ejército sirio o a los servicios de inteligencia como por ejemplo documentos que hablan de subdivisiones de la inteligencia que estaban al tanto de algunos atentados o que trabajaban en la emisión de carnets de identidad o tarjetas de permiso de porte de armas a milicianos de Hezbolá o Irán.
Los teroristas admitieron que utilizan a las mujeres para facilitar sus operaciones terroristas y la transferencia de armas y municiones a los grupos terroristas en diversas áreas y para el traslado de secuestrados o de trabajadores buscados por ellos en los servicios de seguridad del Estado, además de la transferencia de estupefacientes utilizados en los secuestros.
E. Kh.

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