lunes, 9 de diciembre de 2013

Reporteros Sin Fronteras pierde definitivamente la máscara

Reporteros del Imperio
Quienes sigáis los biTs desde hace algunos años, recordaréis que este blog ha sido una plataforma de denuncia de los manejos de Reporteros Sin Fronteras en temas relacionados con los diferentes conflictos que se suceden en la actualidad. Su doble vara de medir en relación con el bolivarianismo, el odio visceral hacia Cuba, la contemporización con países como Colombia o Estados Unidos, han sido destacadas en numerosas ocasiones en estas páginas. Las subvenciones —reconocidas— por organismos vinculados a la CIA (National Endowment for Democracy) y, sobre todo, de la Dirección General de Seguridad Exterior francesa eran más que sospechosas, constituían la constatación de que habían nacido como un mero instrumento del imperio para la consecución de sus intereses geoestratégicos y neocoloniales. Aún con todo, eran muchos que seguían confiando en esta ONG y apoyando sus campañas. Tampoco les sirvieron las evidencias que relacionaban a sus líderes con la mafia cubana de Miami o con elementos implicados en el terrorismo y el sabotaje contra la isla (el Center for a Free Cuba). Tal es la necesidad de contar con referentes supuestamente independientes en los que confiar ciegamente para no complicarnos más la existencia.

Un punto de inflexión sobrevino cuando fueron expulsados del listado de ONGs asociadas a la UNESCO, aunque para muchos era una maniobra de algunos países del frente bolivariano y su área de influncia en la ONU. Pues lo siento mucho, pero voy a aguarles la fiesta una vez más a los crédulos que nos han tildado tantas veces de extremistas o de conspiranoicos. Robert Menard, carismático líder y fundador de Reporteros Sin Fronteras se presenta en Francia con el partido de ultraderecha de Jean Marie Le Pen. Por sus planteamientos ideológicos, desde luego es la formación que más le calza para continuar su carrera política, por más que a muchos engañados periodistas les sorprenda o hablen ahora de inesperadas conversiones sobrevenidas. Será divertido ver cómo lo interpretan sin caer en el más espantoso de los ridículos. Que conste que desde años se conocen sus filiaciones con los ultras y su vinculación millonaria con Qatar. En definitiva, los mismos de siempre, vinculados a los de siempre, solo que esta vez es innegable y tan meridiano que no podrá ser ocultado por más tiempo. Otro día seguiremos con Amnesia Internacional…




El fundador de Reporteros sin Fronteras, nuevo candidato del partido de ultraderecha de Le Pen


Robert Ménard se presenta a la alcaldía de Béziers con el Frente Nacional

En 1985 Robert Ménard creaba Reporteros sin Fronteras, una asociación cuyo único objetivo era el de luchar y defender por encima de todo la libertad. Solo treinta años más tarde, y tras lo que se supone que ha sido un camino tortuoso y de fuertes cambios, Ménard ha decidido pasarse a otro bando y postular para alcalde de Béziers - una ciudad de 70.000 habitantes cercana a Marsella- con el partido de ultraderecha de Le Pen.

«Apolítico» es el adjetivo con el que se define este antiguo trotskista, que ya cuando estaba al frente de RSF mostraba ser una persona que no se andaba con rodeos. «Yo no tengo el perfil político, me podéis creer», aseguraba Ménard en el periódico galo Le Monde y explicaba que a pesar de no tener el carnet de afiliado del Frente Nacional, se siente totalmente de acuerdo «con el 80 % de sus ideas, sobre todo las de la inmigración».

Quizás su perfil reaccionario y el apego que este periodista siente por las ideas más conservadoras del partido francés le han llevado a criticar fuertemente la aversión que muchos franceses sienten hacia el partido por el que ahora lucha. Y es que Ménard no entiende que la gente critique tanto a unos electores a los que él mismo ve un error considerarlos como «fascistas, racistas, nazis y antisemitas».

Su apoyo a la reintroducción de la pena de muerte y su fuerte oposición a la homosexualidad son los ideales que más críticas le han reportado, pero también los que más adeptos le han permitido sumar: «En una sociedad como la nuestra, es mucho más fácil efectivamente ser heterosexual que gay. Mi preocupación por mis hijos hace que no les desee nada que dificulte sus vidas», declaraba.

Nada tienen que ver las palabras que hoy en día pronuncia Ménard con las que hace cinco años despedían su largo camino al frente de la asociación Reporteros sin Fronteras: «No puedo plantearme una forma de existencia que no se conjugue con el compromiso al servicio de estos valores -la democracia, las libertades, los derechos humanos- que, pienso, dan sentido a nuestra vida».

Hijo de un padre ex sindicalista comunista y de una madre que en los 70 formó parte del Partido Socialista, Ménard puede convertirse en un importante punto de inflexión para el polémico partido de Le Pen.

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